“Compañeros poetas / tomando en cuenta los últimos sucesos en la poesía / quisiera preguntar / me urge / qué tipo de adjetivos se deben usar para hacer el poema de un barco / sin que se haga sentimental / fuera de la vanguardia o evidente panfleto / si debo usar palabras, como Flota Cubana de Pesca / y Playa Girón…”. Esta fue una de las primeras canciones que dieron a conocer al poeta cubano Silvio Rodríguez, “Playa Girón”.
Hay que reconocer que Silvio Rodríguez tiene una buena cantidad de opositores, como la banda chilena Los Prisioneros, ellos le dedicaron la canción “Nunca quedas mal con nadie”, estos aseveraban que Silvio Rodríguez tenía ínfulas de “gringo hippie” y delirios de “juglar moderno”, sé, que como a ellos, a muchos más les desespera escuchar música de Silvio. Por eso, lector, usted que lleva leídos veintiséis renglones de este artículo, me imagino que le interesa así sea una nimiedad el artista de hoy. “Los mares se han torcido con no poco dolor hacia tus costas / la lluvia dibuja en tu cabeza la sed de millones de árboles / las flores te maldicen muriendo celosas”. Hermosa estrofa de la canción “En estos días” que hace parte del álbum Mujeres, otra de sus grandes canciones es “La familia la propiedad privada y el amor”: debo reconocer que es de las que más me gusta: “Cuando se hayan dos balas sobre un campo de guerra / algo debe ocurrir/ que prediga el amor de cabeza hacia el suelo / una nube vendrá o estampidas de tiempo / los ojos tendrán, fue preciso algo siempre / y no fue porque tú / tenias lazos blancos en la piel…”. Cuando Silvio Rodríguez tenía siete años, en el albor de la Revolución Cubana, su padre lo inscribe en el Conservatorio de Vals, logrando cursar en sólo seis meses tanto el preparatorio como el primer curso de piano, sin embargo, pese al entusiasmo de su profesora, Silvio pierde el interés y deja sus clases al poco tiempo. A los nueve años y motivado por su padre, comienza a transitar por los esplendidos caminos de la literatura, llamándole la atención principalmente la obra del poeta nicaragüense Rubén Darío, el género de la Ciencia Ficción y la obra El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, que aún forma parte de sus libros favoritos según dicen sus biógrafos.
“¿En qué estarán convertidos mis viejos zapatos? / ¿A dónde fueron a dar tantas hojas de un árbol? / ¿Por dónde están las angustias, que desde tus ojos saltaron por mí? / ¿Adónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril? ¿Adónde van ahora mismo estos cuerpos, que no puedo nunca dejar de alumbrar? / ¿Acaso nunca vuelven a ser algo? / ¿Acaso se van? / ¿Y a dónde van? / ¿Adónde van?...”. Las canciones de Silvio Rodríguez fueron mis compañeras en una larga etapa de mi vida y hoy por hoy sus versos siguen transitando por las autopistas marrón de mi memoria, es por eso que quise dedicarle estas líneas a uno de los grandes cantautores latinoamericanos, a ese trovador bucanero que batalló contra las inclementes arremetidas de la incertidumbre, a bordo del Playa Girón y que hoy lo recordamos gracias a los prodigios de la escritura.